miércoles, 9 de marzo de 2011

Entrevista: Animación con sello Hecho en México

Pedro Castro es uno de los coordinadores y directores del Colectivo Diez y Media, un joven emprendedor que en sus días universitarios conformó con sus amigos una empresa innovadora en animación cinematográfica; una de las primeras casas productoras en el tema en el país

Luz Olivia Badillo


¿Cómo nace el colectivo Diez y Media?

Nace con un grupo de amigos que se juntaron por intereses en común: a unos les gustaba el arte, a otros el cine, los cómics, la web. Es clásico que en la universidad (Escuela Nacional de Artes Plásticas) empiezas a hacer tareas con los compañeros, una de ellas era formar nuestra casa productora, con ella, hicimos el primer video que se llamó “Tenebrum”. Tuvo mucho impacto, nadie se imaginaba que entregaríamos algo de esa calidad, lo cual nos motivo y decidimos ir por más. Generamos una especie de filosofía: no nos íbamos a detener por nada, aunque no supiéramos cómo hacerlo, íbamos a investigar. Cada día, un integrante aportaba un poquito más de equipo e ideas y empezamos a tener resultados.

Un día platicando de camino a casa con mi mejor amigo, Salvador Herrera (director general) acordamos dar el salto al cine pero no sabíamos cómo, en México es muy difícil, tienes que contar con el equipo y para hacer un cortometraje se necesita mucho dinero. Se nos ocurrió hacer animación, dijimos “bueno, yo tengo una cámara semiprofesional, si bien no tenemos una cámara buena para cine, sí la tenemos para foto”. Todo el mundo en la escuela decía “no, hacer animación es pesadísimo, no lo hagan, no se metan en problemas”. Nos aventamos al ruedo, no sabíamos nada y nos empezamos a topar con muchas broncas, preguntábamos a compañeros que iban más adelantados y tampoco sabían, ni los maestros.

Hace siete años casi todo en esa área era teórico, además, a la animación se le suele relacionar con el diseño gráfico cuando más bien pertenece al cine, ya sea documental, de ficción o de animación. En la academia se pretendía que con dos materias, ya podías hacerla, lo cual estaba muy difícil. Afortunadamente, nuestro maestro de animación, Carlos Narro (hermano del actual rector de la UNAM) era muy bueno y fue clave importante en el colectivo porque a raíz de nuestro primer corto animado (“Tenebrum”) se lo mostramos y dijo “no, ustedes ya no harán las actividades de la clase, mejoren su trabajo y con eso los paso”. Nosotros le dijimos que ese corto había quedado en el pasado y queríamos hacer otro, aceptó y nos ayudó.

En un departamento que mi familia tenía abandonado lo usábamos para hacer chambas y los trabajos de la escuela, ese profesor nos dijo que lo dividiéramos en zonas: un área de arte, nuestro set, un lugar para la postproducción. En 2005 salió la convocatoria de cine Cuadro del Distrito Federal, para entonces era el más importantes porque otorgaba los mejores premios, 100 mil pesos el primer lugar en ese entonces era mucho. Decidimos ponernos como fecha límite la entrada al festival. En las vacaciones en lugar de descansar nos pusimos a trabajar y así empezó todo.



Digamos que sí fuimos los primeros en hacer animación en México (antes hubo un grupo de gente como Carlos Carrera, René Castillo que hicieron animación, tienen cortos que salieron por los 90 y ganaron muchos festivales pero dejaron de producir y no hicieron escuela). No tiene mucho que el cine comenzó a patrocinar cortos de animación, nosotros conforme fuimos aprendiendo, desarrollamos este cine. Fuimos los primeros en dar clases, los primeros en producir ciertos comerciales, de alguna manera fuimos los primeros porque estuvimos aislados de ellos. Hasta el contacto en festivales comenzamos a conocer a muchas personas que nos dieron tips técnicos, porque nos fallaban, lo cual nos permitió saltar al mundo profesional.


¿Qué servicios ofrecen?

Todo lo relacionado con producción cinematográfica, tenemos directores, cinefotógrafos, directores de arte, podemos hacer animación, ficción y documental. Servicios de postproducción como efectos especiales (VFX) para películas, como agregar una explosión a un mundo donde no las hay, o borrar cables, agregar disparos, sangre, quitar fondos y poner otros, etcétera.

En los trabajos de publicidad donde hemos colaborado es muy raro que nosotros participemos desde la concepción de la idea, trabajamos para agencias donde hay creativos que desarrollan una idea y como no la pueden realizar, la sacan a concurso con tres casas productoras y el que la visualice mejor, se la queda. En cambio, en festivales de cortometrajes se comienza desde cero donde cada director trabaja su idea, la producción y la realización. Es el área que más nos gusta pero es la más difícil porque lo pagamos nosotros.

¿A qué tipo de mercado se dirigen?

Nos dirigimos al sector publicitario, principalmente, es donde obtenemos la mayor parte de recursos, también nos hemos metido al sector cultural, hemos hechos productos para museos, encuentros de poesía con maquetas, videos, ilustraciones… y también hemos trabajado para la divulgación de la ciencia con las cápsulas Dosis de ciencia que se transmiten en televisión abierta. Somos patrocinadores del festival de cine de terror Mórbido FilmFest y del festival internacional de animación, el CutOut Fest.


En un proyecto multidisciplinario, ¿cómo complementan su trabajo con el de otros artistas?

Es inevitable tener fricciones o discusiones entre artistas. En un proyecto siempre hay un director que tiene la ruta y la estética para trabajar una pieza, va coordinando a los otros artistas. Aunque el director tiene la última palabra, no siempre los artistas están de acuerdo, éste tiene que convencer a sus artistas que van por buen camino. Siempre apelamos a la razón, siempre hay un debate y generalmente las mejores ideas se sostienen.





¿A qué tipo de esquemas de financiamiento han tenido acceso y cuáles crees que son los principales problemas para otorgar crédito a los emprendedores mexicanos?

Es una empresa en crecimiento, los socios se encargan de atender diversos aspectos y afortunadamente no hemos tenido necesidad de pedir financiamiento a bancos. Casi todas las inversiones han sido entre nosotros. Cuando necesitábamos adquirir equipo no cobrábamos el cheque de otros trabajos para adquirirlo y poco a poco, con otros trabajos, íbamos recuperando la inversión. Por otro lado, los festivales de cortometrajes son patrocinios y generalmente nos regalan equipo como audio. Tampoco hemos accedido a ningún programa gubernamental, los cursos para actualizarnos o adquirir nuevos conocimientos han sido de forma independiente.

¿Qué desventajas (o ventajas) observan que ustedes tienen frente a la competencia nacional y la extranjera?

La desventaja es que somos una empresa en crecimiento y todavía no contamos con toda la infraestructura que necesitamos. El colectivo no maneja la técnica del 3D o tercera dimensión, una materia en la que apenas estamos incursionando pero se necesita infraestructura, experiencia, es un proceso difícil. Mucha de la publicidad que se hace tiene que ver con el 3D. La mayoría de los clientes nos piden esta técnica, nosotros les decimos que no la conocemos pero les ofreceremos un producto mejor.

¿Cómo complementan sus trabajos independientes con campañas publicitarias?

Tiene que haber periodos de descanso para mantener frescas las ideas, si bien la publicidad tienen su encanto, lo que más me gusta es que me pagan por aprender. Cualquier director necesita constantemente crear, para mejorar y me pagan por hacerlo, un nuevo comercial siempre es un reto y una posibilidad de experimentar. Se recibe mucho dinero en poco tiempo, el problema es la cantidad de estrés que se maneja y los tiempos apresurados, llega a haber tensión en el grupo de trabajo porque a veces las fechas de entrega son muy cortas.

¿En algún momento han tenido que redefinir su propuesta como colectivo?

Sí, en un principio cada integrante iba aportando propuestas al colectivo. Gracias a la idea de un colega adoptamos la filosofía horizontal: nadie estaba por encima de nadie, no había jerarquías. Fue muy interesante, generó grandes lazos de amistad y una fuerza productiva muy poderosa que no se veía en otros grupos de trabajo. Todos éramos muy amigos y la fuerza la canalizábamos hacia un mismo objetivo pero poco a poco, cuando fuimos entrando a publicidad y Diez y Media fue creciendo, se fueron saliendo de las manos ciertas cosas. Se tuvo que reestructurar el colectivo.

¿Qué proyectos tienen en puerta?

Llevo un par de años trabajando en dos largometrajes, en estos momentos sigo trabajando la idea, así que cuando algo se me ocurre trato de dibujarlos. El propósito es escribir este año el guión y, si se puede, hacer la primera escena de alguno de los dos. Quiero preparar un animatic (la previsualización que se realiza antes de que el verdadero proceso de rodaje comience), también es conocido como story board animado, con los tiempos que debe llevar la escena, las voces de los personajes, los planos y bocetos. Sirve para darse una idea sobre cómo va la película y para mostrarla a los inversionistas y al equipo de trabajo.

Agrandes rasgos, uno de los largometrajes tratará sobre un viejo músico que intenta recuperar su inspiración (ésta le fue robada por el señor de las pesadillas que vive en su cabeza). El músico emprende una aventura en su inconsciente por el mundo de los sueños; el héroe encontrará que lo que realmente estaba buscando no era su inspiración si no algo mucho más importante y trascendental para él.

Se requiere de mucho dinero. Buscaremos patrocinios de Imcine (Instituto Mexicano de Cinematografía) y de empresas que busquen deducir impuestos invirtiendo en el arte. Ya algunos amigos han conseguido dinero con inversionistas a los que les interesa el cine, no descartamos ninguna opción. También recurriríamos a festivales.

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