lunes, 6 de enero de 2014

Mis patines


 


Mis patines, color rosa y blanco, han sido una de las más grandes pasiones de mi vida. Me los regalaron un 6 de enero cuando tenía ocho años. Ese día abrí la caja delicadamente, como en cámara lenta, como cuando uno desea que ese momento quede grabado para siempre: olor a fresas sintético, ruedas que se deslizaban con sólo tocarlas y estrellitas grabadas sobre el plástico.

Los primeros que tuve habían costado $20.00 pesos un año antes. Eran muy viejos. Mi papá los había adquirido en un tianguis. Me prohibió tajantemente salir a la calle. Sólo podía practicar dentro de la casa en la distancia que va de un mueble a otro. El gusto se terminó cuando se rompieron…

En cambio, con mis patines rosas me volví toda una experta. Durante cinco años o más no comía, y no iba al baño, si no los traía puestos. Mi vida quedó trastocada. Los usaba más de ocho horas al día. No había nadie, por lo menos en un kilómetro a la redonda, que me ganara. Se me hizo una obsesión, una forma de vida.

No sólo era el gusto de tenerlos y lo que me despertaban. Me propuse ser la mejor patinadora del mundo. Mis vecinos por esos años también adquirieron unos y nos poníamos a jugar, a dar piruetas, brincar topes, bajar escalones a toda velocidad; nuestra predilección eran las grandes bajadas.

Un día los sentí apretados. Ya no me quedaban. El freno del patín derecho estaba completamente desgastado. Había entrado a la secundaria, y me interesaban otras cosas. Nunca los olvidaré. No sólo están en mi memoria. Cada vez que abro mi clóset saltan a la vista, como el recordatorio de algo que quedó pendiente y el anhelo de tiempos que ya no volverán.




martes, 1 de octubre de 2013

Por una sociedad que sepa hacer

Foto: Arturo Orta


  • Los países que hacen ciencia y tecnología están por encima de México en lo industrial y en lo científico por su habilidad en el saber hacer”: José de la Herrán
  • Lamenta el descenso del liderazgo de México en las últimas décadas en materia de ciencia y tecnología


Pionero de la radio de frecuencia modulada y la televisión en México, José Antonio Ruiz de la Herrán, mejor conocido como el ingeniero José de la Herrán considera que en el país no sólo hacen falta científicos e investigadores sino gente que sepa hacer. “Tengo en mente un museo que se llame El museo del saber hacer, porque es lo que todos necesitamos”, comentó.

El también pionero de la divulgación de la ciencia en México explicó “Los países que hacen ciencia y tecnología están por encima de México en lo industrial y en lo científico por un factor de cien por su habilidad de saber hacer. Y Estados Unidos es la nación que se encuentra en primer lugar en el mundo con esa capacidad porque allá cualquier idea que tiene un investigador, al día siguiente alguien invierte dinero para ponerla en marcha, lo que da como resultado que el país progrese”.

El ingeniero José de la Herrán desde pequeño experimentaba en las instalaciones de la XEW-AM donde su papá era el encargado de dar mantenimiento a la estación de radio. Cuando creció fue el responsable de montar y poner en marcha el canal 2 de televisión, XEW-TV, que se inauguró formalmente el 21 de marzo de 1951 con la transmisión de un partido de béisbol. En adelante, se desempeñó como director técnico de Televicentro durante 14 años, de 1948 a 1962, cuenta con una larga trayectoria como divulgador de la ciencia y se autodefine como tecnólogo.

“Yo siempre divido entre ciencia, técnica y tecnología. Los científicos, y en general la ciencia, tienen por objeto averiguar el por qué de las cosas, las leyes que rigen el universo; la técnica (por eso me considero tecnólogo) consiste en demostrar cómo el pensamiento científico tiene base en el mundo material, y para ello hay que hacer experimentos y construir aparatos que corroboren las leyes que los científicos proponen, vemos el cómo; la tecnología es una actividad que se dedica a la construcción en serie de los aparatos. Este conocimiento no es divulgable, vale mucho y por eso se patentiza”.

La ciencia a la Cámara de Diputados

El ingeniero José de la Herrán ha ocupado cargos variopintos, trabajó en la industria del acero en la empresa Campos Hermanos, de ahí fue contratado por el Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para construir el principal telescopio del Observatorio Astronómico Nacional de San Pedro Mártir, en Baja California, fue presidente de la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica de 1989 a 1990, director de la extinta revistaInformación científica y tecnológica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), pero habló de un cargo en especial:

“Fui diputado federal de 1991 a 1993 en la LV Legislatura. Acepté ser diputado no porque me interesara personalmente sino como una experiencia interesante para promover la ciencia, tecnología y la divulgación, pues no figuraban en el lenguaje político de este país. Actualmente, ya en las leyes y en la Constitución se ven las palabras ciencia, técnica, tecnología y divulgación. Hemos avanzado mucho, por lo menos, en que exista la conciencia de la necesidad de trabajar en esos campos”.

En su periodo como diputado se hizo una presentación en la Cámara Baja desde el punto de vista de las ciencias, “se expuso lo importante que es la ciencia ante un México en desarrollo que necesita de la ciencia para poder, con la ayuda de la técnica, desarrollar la industria en todos los campos. En esa presentación, recuerdo, también estuvieron presentes el ex rector de la UNAM José Sarukhán y otros científicos”.

El ingeniero de la Herrán ha sido acreedor del Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el área de Tecnología y Diseño en 1983 y Premio Universidad Nacional, en el área de Creación Artística y Extensión de la Cultura en 2005, entre otros premios.

Lamenta el descenso del liderazgo de México en las últimas décadas en materia de ciencia y tecnología: “Yo pensaba que después de la Segunda Guerra Mundial, México se encontraría en una rampa de ascensión en todos los aspectos técnicos, de desarrollo tecnológico y crecimiento. Pero ahora, cuántos años han pasado y no estamos en el nivel para participar siquiera en el lanzamiento de satélites. La trayectoria de nuestro país, desde el punto de vista científico y técnico, ha ido perdiendo terreno. Durante una larga temporada fuimos el primer país de América Latina y ahora ya nos ganó Brasil por mucho. Tenemos que salir de ahí”.

Luz Olivia Badillo


lunes, 30 de septiembre de 2013

¿Y si no existe la energía ni la materia oscura?

  • Por lo menos en los últimos 30 años se ha creído que el 96% de los componentes del universo son materia y energía oscuras; no obstante, no se ha comprobado su existencia
  • Investigadores del Instituto de Astronomía proponen la Teoría de Gravitación Extendida como alternativa
Xavier Hernández Doring, Sergio Mendoza Ramos y un grupo de científicos del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) proponen laTeoría de Gravitación Extendida para eliminar por completo a la materia y energía oscuras que nunca se han visto ni se ha comprobado su existencia pero que, supuestamente, conforman el 96% de los componentes del universo.

Sergio Mendoza, especialista en astrofísica relativista, gravitación y corresponsable de esta teoría, dijo: “Qué tal que no exista ningún fluido oculto u oscuro y se proponga en su lugar la Teoría de Gravitación Extendida compatible con los postulados de Newton y de Einstein, pero que los extiende con nuevas observaciones para predecir el movimiento de objetos masivos como los cúmulos de galaxias, estrellas binarias, galaxias espirales, galaxias enanas y esferoidales”.

Xavier Hernández, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y experto en formación y evolución de galaxias, explica que la propuesta teórica que hacen establece que “La gravedad es un poco más fuerte de lo que Newton pensaba a distancias muy grandes, él calculó que la gravedad tiene un efecto menor conforme se aleja de la masa que la provoca. Este modelo sin modificaciones se aplica de la Tierra a Plutón, pero a una distancia mayor a 7 mil unidades astronómicas -una unidad astronómica (UA) equivale a la distancia que hay entre el Sol y nuestro planeta-, la gravedad deja de caer tan rápido como él calculó para caer un poco más lento”.

Las estrellas binarias

Hernández abundó respecto a los nuevos elementos que identificaron para la elaboración de su teoría: Se buscaron –dijo- sistemas de aceleraciones bajas donde hay irregularidades como en las estrellas binarias (dos estrellas que orbitan mutuamente a 7 mil UA de distancia). Como se mueve muy lento una con respecto de la otra tomaría miles de años trazar su órbita por lo que se midieron sus movimientos relativos. Había una predicción respecto a cómo se debían mover y resulta que se mueven mucho más rápido, cuando pasa el umbral de aceleración crítica de 7 mil UA, es cuando falla la predicción estándar.

No es la primera vez que se proponen modelos alternos a la existencia de la energía y materia oscuras cuya función ha sido explicar la incompatibilidad entre las predicciones de Newton y Einstein en aspectos como que los discos de las galaxias giran más rápido de lo calculado con las leyes de Newton, cuando el grado de desviación de la luz es mayor al predicho por Einstein y los modelos de formación de estructura galáctica no coinciden con las observaciones: La energía y materia oscuras son usadas para llenar esos huecos.

La deflexión de la luz

A parir de su nuevo enfoque, los científicos mexicanos calcularon por primera vez, con gran precisión, cómo es que objetos masivos como los cúmulos de galaxias desvían la luz, compuesta por partículas que carecen de masa, y cómo ésta aparece proyectada en el cielo pero en una posición diferente -proceso conocido como deflexión de la luz, lo cual se interpreta, de acuerdo con el doctor Mendoza, como resultado de la curvatura del espacio-tiempo. El resultado de esta medición se publicó en la revista arbitrada Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.

El doctor Hernández agrega que “todas las propuestas alternas podían explicar la manera en cómo se mueven las estrellas en las galaxias sin la materia oscura, pero no la manera en que se curva la luz cuando pasa cerca de galaxias, que ocurre cuando tienes frente a ti como observador una galaxia o un cúmulo de galaxias y atrás hay una fuente de luz, ésta no va en línea recta sino que modifica su trayectoria, por el cúmulo de galaxias, y hace que se curve. Este efecto se llama lente gravitacional o anillo de Einstein”.

Los científicos del Instituto de Astronomía retomaron las observaciones que se reportan en el catálogo SLoWPoKES (acrónimo en inglés para Safe LoW-POwer Kritical Experiment) que contiene un muestreo del cielo con datos del telescopio Sloan. Los análisis y mediciones se hacen desde un punto de vista teórico. Este año se lanzará la sonda Gaia que obtendrá un catálogo de aproximadamente mil millones de estrellas, cuásares, galaxias y planetas extrasolares. Hará un mapeo tridimensional y proporcionará datos relativos a la distancia, movimiento y posición anual de éstos.

El doctor Xavier Hernández comenta que con Gaia “dentro de dos o tres años podremos obtener mediciones mucho más precisas que van a poder confirmar si lo que estamos haciendo está bien o no”. Por lo pronto, la propuesta que elaboraron Hernández, Mendoza y sus colaboradores ha sido bien recibida por los investigadores que hacen observaciones directas y los científicos que hacen gravedad modificada; quienes no están interesados en el tema o no quieren saber nada del tema, de acuerdo con Hernández, son los que hacen modelos teóricos de materia y energía oscura.

La materia oscura, hipotéticamente, está conformada por partículas que no se pueden ver y que pueden atravesar edificios, seres humanos o planetas; puede influir en los efectos gravitacionales del universo, por ejemplo, en cómo se forman las galaxias y qué tan rápido giran; no interactúa con la luz ni la absorbe, de ahí que no aparezca en el espectro electromagnético. La energía oscura es, hipotéticamente, la responsable de añadir más espacio entre galaxias en el universo que se encuentra en expansión.

En todo el mundo se han destinado recursos económicos para modelar la hipotética existencia de estas partículas exóticas; el doctor Hernández comenta: “hay una cantidad de experimentos y proyectos asociados a detectar a la materia y la energía oscuras en los que se gastan millones de dólares. Hay equipos de trabajo que llevan años y años anunciando que ya pronto aparecerán… y no aparecen, entonces se la pasan modelando el éter”. El éter, una idea que data de la filosofía aristotélica para referirse a una sustancia brillante y ligera que respiraban los dioses.

Luz Olivia Badillo

La nota se publicó en:

http://www.comunicacion.amc.edu.mx/comunicados/plantean-inexistencia-de-materia-y-energia-oscuras/

Infografía: Mariana Espinosa.

martes, 17 de septiembre de 2013

Sin políticas que protejan conocimientos tradicionales

Equipos multidisciplinarios de la UNAM trabajan con pueblos y comunidades del país para proteger, conservar y fomentar la riqueza de conocimientos tradicionales.
 







En México no existe ningún mecanismo legal que promueva la conservación de los conocimientos tradicionales; señaló el doctor León Olivé, investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM; en contraste, en Europa “se toma en cuenta el conocimiento tradicional y local en cuestiones agrícolas, producción de vinos y quesos. Para un país como el nuestro con una enorme riqueza de conocimientos que han probado ser efectivos tenemos que tomarlos en cuenta para construir un modelo de sociedad de conocimientos”.

 

El doctor León Olivé es miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y director del Seminario de Investigación sobre Sociedad del Conocimiento y Diversidad Cultural de la UNAM, espacio que busca propiciar investigación inter y multidisciplinaria que rescate y promueva políticas públicas para proteger, conservar y fomentar la enorme riqueza de conocimientos tradicionales que hay en México.

 

Aunque desde 1992, con las conmemoraciones de la Conquista, muchos países de América Latina modificaron sus constituciones políticas, incluyendo el nuestro, y se plasmó que somos un país multicultural; no hay otras legislaciones ni reglamentaciones adecuadas para llevarlo a la práctica ni políticas públicas que sean coherentes.

 

“Necesitamos políticas públicas que fomenten el desarrollo local, que fomenten la articulación de conocimiento científico con conocimientos tradicionales es sistemas locales de innovación. Esto puede ocurrir en casos de explotación forestal, agricultura, pesca, restauración de ecosistemas donde se tome en cuenta a la gente que vive en ese lugar”, destacó.

 

Los conocimientos tradicionales y locales, agregó el doctor Olivé “han probado ser efectivos desde hace siglos. Hay una diversidad de formas de generar conocimientos y por lo tanto una diversidad de formas en las éstos que deberían ser evaluados. En filosofía lo llamamos pluralismo epistemológico, quiere decir que se reconoce que hay distintas formas de producir conocimiento: la realidad y el mundo pueden ser conocidos de distintas maneras y todas son legítimas”.

 

El portal www.compartiendosaberes.org reúne un acervo de conocimientos tradicionales documentados a través de los grupos de trabajo que se han formado en el seminario. Se analizan, por ejemplo, las características del conocimiento, las prácticas y las tecnologías pesqueras y acuícolas de la presa El Tejocotal en Hidalgo o cómo proteger y cultivar la medicina tradicional mexicana, donde se toman en cuenta los recursos terapéuticos y alimenticios de esas plantas.

 

De acuerdo con el investigador: “Hay farmacéuticas transnacionales que saben del conocimiento tradicional en cuanto a plantas medicinales que se ahorran millones de dólares en investigación simplemente por ir a comunidades a preguntar a curanderos qué tipo de hierbas utilizan para tal o cual padecimiento; con eso se focaliza en dónde se pueden encontrar determinados recursos que posteriormente son  explotados comercialmente sin retribuir de ninguna manera a las comunidades poseedoras de dicho saber”.

 

En otros países se han podido revertir patentes a empresas porque se ha demostrado que estaban basadas en conocimiento tradicional, pese a que una de las condiciones para que se otorgue una patente es que sea resultado de una investigación original y novedosa. Recientemente, países como India, China o Perú han puesto en marcha bases de datos que recogen conocimientos tradicionales que permiten hacer búsquedas para casos en los que se pretende hacer una apropiación indebida.

 

En el país se han dado los primeros pasos al trabajar de la mano con las comunidades; sin embargo, es necesario, entre otros factores, “mejorar el sistema de educación desde el nivel básico hasta el universitario para que se incluyera una conciencia de que somos un país multicultural que produjera un cambio de actitud en los ciudadanos de respeto la diversidad cultural y un reconocimiento a que ese conocimiento puede generar una riqueza económica y social”, destacó.


Luz Olivia Badillo



miércoles, 11 de septiembre de 2013

Las muertas de Jorge Ibargüengoitia

La novela de Jorge Ibargüengoitia Las muertas muestra una versión de la historia de lenocinio, muertes accidentales y asesinatos que ocurrieron en la década de los 60 por unas hermanas apodadas las Poquianchis. Con tintes humorísticos y divertidos en los momentos menos esperados, se cuentan atrocidades solamente superadas por la realidad: la ficción sólo nos muestra la punta del iceberg.


Vivir en la clandestinidad puede ser el ingrediente ideal para cometer las peores atrocidades, Serafina y Arcángela Baladro (el nombre literario de las tratantes de blancas, quizá las más famosas en la historia del México contemporáneo) tenían secuestradas a prostitutas que poco a poco fueron muriendo, un poco por ignorancia, un poco por ingenuidad, un mucho por corrupción.


Los antros de las Baladro eran el sitio favorito de las autoridades, del secretario de gobernación para abajo, de ahí que durante varios años gozaran de absoluta inmunidad; además de que, como ocurre en la mayoría de los negocios prohibidos, las casas de citas constituían una importante fuente de trabajo para mucha gente (a demás de que no pagaban impuestos, por lo que era un jugosísimo negocio): las Baladro sobornaban a policías, burócratas, taxistas... toda una red. La historia se ubica en el estado del Plan de Abajo, el nombre literario que Ibargüingoitia le da a su natal Guanajuato.

El primer capítulo es punto neurálgico para comprender el resto de la novela: ¿por qué se descubrieron los cuerpos enterrados dentro de uno de los dos antros que regenteaban las hermanas cuando pudieron pasar al olvido por los siglos de los siglos? Por un arranque de venganza. Serafina Baladro intentó asesinar al panadero Simón Corona, su amante otrora

Resulta que tres años atrás, Simón Corona, al ser víctima de uno de los tantos caprichos y cambios repentinos de carácter de Serafina, le abandona mientras ambos se encontraban de vacaciones en Acapulco. Serafina un buen tiempo tuvo en mente vengarse de Simón pero conoció al capitán Bedoya, esencial en la historia de las muertas, de quien se enamoró por lo que se olvida del tema.

Un día ella cree ver a Simón Corona entre personas que pasaban caminando. Le vienen a la mente todos los recuerdos de su antigua relación y, sobre todo, del agravio de haberle dejado parada en una esquina esperando a que él saliera de una tienda de abarrotes. Serafina decide que es tiempo de ir a cobrarle cuentas a donde quiera que se encuentre. Una vez que ha identificado el lugar donde vive, viaja en coche junto con Bedoya y su chofer a balacear e incendiar al susodicho en su panadería. Todo salió mal, él sobrevivió (error garrafal) pues, entre otras cosas, tenía pésima puntería y sólo se llevó unos cuantos rasguños. Ergo, él rinde declaración en el MP y confieza que en una ocasión sirvió como chofer para enterrar el cuerpo de una meretriz, un mal menor para todos los horrores que se relatan posteriormente. En el resto de los capítulos, las Baladro se encuentran en la cárcel y la historia se va construyendo con testimonios de victimarios y víctimas.

Las muertas no es la única novela donde Jorge se inspira en la realidad para tratar de crear escenas literarias, en ese género se encuentran Maten al león, libro que retrata una dictadura que bien podría escenificar el intento de un golpe de estado de cualquier país latinoamericano  en los 70, Los relámpagos de agosto y Los pasos de López. Estas historias tienen toques históricos con el estilo antisolemne e irónico que tanto me gusta de Ibargüengoitia. Si no le han leído no saben de lo que se pierden, aunque para mí la obra más elevada del guanajuatense son sus columnas publicadas en el Excélsior de Julio Scherer y compiladas en diversos libros. Pero esa es otra historia que espero abordar pronto.

Esta es la verdadera historia de las Poquianchis:




miércoles, 17 de julio de 2013

Marcelino Cereijido, un tipo políticamente incorrecto




Foto: Arturo Orta

¿Qué es el cognicidio?

Significa matar el conocimiento, “cogni” significa conocer y “cidio” acción de matar. El conocimiento no es como la información que se puede guardar en la memoria de computadoras o en bibliotecas. Todo organismo, todo, sobrevive siempre que sea capaz de interpretar la realidad en que vive: por ejemplo, si tuviéramos una babosa enfrente, tan sencilla que no tiene cerebro, ella tiene que interpretar si se mueve para la izquierda, donde se acabaron los nutrientes, o para la derecha, donde todavía hay. Si se va para la izquierda es demasiado idiota para ser babosa y la lucha por la vida no puede tolerar semejante chapucería. Esto rige para los vegetales también: Imagínate que en un campo de girasoles todos están mirando para el lado donde sale el sol. Si hubiera uno que mira hacia el lado contrario sería demasiado tarado para ser girasol. Si una bacteria necesita la enzima beta galactósido para alimentarse tiene que reconocerlo, saber dónde está, es decir, interpretar su realidad.

En el caso de los seres humanos hace 50 000 años les empezó a brotar algo que llamamos conciencia y, como interpretar la realidad es tan importante para sobrevivir, empezó a hacer modelos mentales para decir por qué ocurren las cosas.

En su libro Hacia una teoría general sobre los hijos de puta usted dice que los países del tercer mundo no pueden ser democráticos, ¿por qué?

En la Gracia Antigua la sociedad estaba organizada por capas jerárquicas, si vos pertenecías a un determinado escalón de ésta, tenías que obedecer al de arriba y eras obedecido por el de abajo sin tener que justificar el por qué. La manera de vestir, usar barba o no, el tipo de empleo que se tenía, con quién se podía casar, todo estaba reglamentado con base en ese sistema pero de repente todo se viene a bajo; cobran importancia las ciudades y los habitantes, llamados de ahí en adelante ciudadanos, quienes enfrentan el problema de gobernarse entre iguales. Inventaron las leyes del tener razón, y las leyes del tener razón son argumentar, refutar, comparar, disuadir, convencer, que con el tiempo se va transformando en la democracia y la base de la filosofía.

En México no se argumenta, así los integrantes de un sindicato pidan algo lógico y justo tienen que bloquear una carretera o atarse a una verja o exhibirse desnudos en avenida Reforma para que les hagan caso. Así no funciona la democracia. Ahora, como todas las cuestiones son demasiado complejas como para discutirlas a muerte y convencer a todos, llegado el momento se tiene que ir a votar, pero el voto es el fracaso de la democracia. Entonces lo que se acostumbra es discutir y cuando todos dicen “bueno, este es el mismo argumento de hace media hora. Ya no hay ninguna idea nueva, bueno, vamos a votar”. Pero en México ni siquiera se está a ese nivel. En el tercer mundo no se puede ser democrático.

La ciencia tampoco se puede desarrollar en ese contexto a menos que pase como en el primer mundo, que se desarrolló en los espacios universitarios, con argumentos. Si al final, lo que pasa con la ciencia mexicana lo termina decidiendo el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial, que dicta que tiene que ser así o asa y si no el ministro de Economía no suministra presupuesto. Uno debate, pero lo gobiernan económicamente.

¿Cuál es la ventaja de la ciencia frente a otros conocimientos?

El ser humano comenzó con el animismo, dotar de vida a las cosas, el politeísmo, el monoteísmo, y el primer modelo humano para interpretar la realidad que no utiliza deidades es el modelo científico. Un científico premio Nobel puede dar una conferencia y si en el fondo de la sala un becario le hace una objeción, él no le puede decir “oye, ¿usted sabe con quién está hablando?”, le tiene que contestar.

El desarrollo de la ciencia moderna no tiene ni cuatro o cinco siglos pero la tienen muy pocos países; los llamados del primer mundo. México no tiene ciencia, tiene muy buena investigación, poquita, pero la que tienen es de excelente nivel y no lo digo porque sea investigador, sino porque publican en las mejores revistas del mundo y ahí no hay suposiciones ni caprichos. Lo que dice la ciencia vale para todos lados: es universal.

Es el mejor esquema explicativo que cubre dos requisitos: uno, la capacidad de predecir; y otro, la coincidencia de lo que afirmo con la realidad. Hace un tiempo le pegaron un balazo en la cabeza a Salvador Cabañas, jugador de futbol. El Instituto de Neurocirugía le aplicó un tratamiento que se llama Gamma Knife, el equipo tiene un costo de unos 40 millones de pesos, capaz de operar la cabeza sin abrirla. Es un aparato tan caro que solo hay uno en el país y una cola enorme de pacientes requieren usarlo. Ello le salvó la vida al jugador. En agradecimiento, los fans marcharon a la villa de Guadalupe. Si hubiera una cultura compatible con la ciencia, el América hubiera jugado contra Chivas y, de lo que se recaudara, donarlo para comprar otro aparato pero piensan que si hay una solución la debe proveer la virgen.

Al lugar donde tenía el balazo Cabañas le hicieron una tomografía computarizada, la zona afectada estaba representada en colores con la forma, naturaleza, posición, irrigación y vías nerviosas que interrumpía el disparo. Los médicos combinaron conocimientos de neuropatología, computación, imagenología, entre otros, para que los neurocirujanos le abrieran la cabeza. Quiere decir que todas las leyes de la computación, la imagenología, radio y patología deben de estar bien porque coincidió con la realidad. La predicción que hicieron con la realidad fue total.

Una vez en la UNAM me invitaron a una mesa redonda donde participó un sacerdote; él decía que cada quien es libre de creer. Y yo le dije que no era cierto porque si un médico es libre de creer, puede decir que no cree en los tumores y cualquier paciente con ese mal que tenga la mala suerte de caer en su consultorio morirá. Así que usted no es libre de creer, le dije. Esa es una tontería que le dicen al pueblo.

Comparemos eso con la eucaristía: cuando el vino y la hostia se transforman en el cuerpo y sangre de Cristo. Si es cierto que ese vino se transforma en sangre de Cristo, ¿le dejarían a la ciencia que se tomen un par de mililitros para ver a qué grupo sanguíneo pertenecía? Como en la sangre hay células de glóbulos blancos, se puede obtener una muestra de ADN del núcleo para secunciarlo. Como los padres de Cristo eran Dios y el Espíritu Santo tendríamos el genoma de Dios y el Espíritu Santo. Cuando se lo dije al cura que participaba en la mesa redonda dijo que era una blasfemia lo que yo decía y yo le dije que él era un cognicida. Esa manera de interpretar la realidad estaba bien hace 3 mil años en la Edad de Bronce tardía en la que se formó el judeocristianismo, no ahora.

A mí me jodían con la cuestión de la clonación: que si queremos hacer robots sin alma, materialistas. Y digo: No, ¡¿quién dice eso?! Nosotros, los científicos, clonamos células del páncreas a ver si podemos modificarlas y meterlas en el peritoneo a un diabético para que le segrege insulina. O cuando una persona sufre quemaduras de segundo o tercer grado se obtienen células del tejido sano para sembrarlas, hacerlas crecer e injertarlas en la piel de nuevo. A eso se le llama clonación. Luego le pregunté al mismo cura que si hace 2 mil años que empezó el Cristianismo, y desde ese entonces se han tomado la hostia y el vino en cada ceremonia religiosa, ¿se trataba de un acto simbólico? Él contestó que no, que es una viva representación de su cuerpo y sangre; entonces, le contesté, desde ese tiempo los curas vienen clonando a Cristo. El tipo se paró y se fue. La cultura mexicana está enhebrada por el catolicismo, ¿eso se parece a la ciencia?

¿Qué es la cultura científica?, ¿quiénes deben poseerla?, ¿cómo apropiarse de ésta?

Yo hago una diferencia entre la cultura científica y la cultura compatible con la ciencia. Si voy a Argentina y digo que acá en México hay buena odontología, los argentinos no van a pensar que acá toda la gente es dentista sino que hay uno por cada 200 habitantes, por decir algo, que lo son; el resto tiene una cultura compatible con la odontología, quiere decir que si a alguien le duele una muela o se le parte una corona acude a ese 1% de la población para curarse. En cambio, México no se tiene una cultura compatible con la ciencia; por lo menos, a Salvador Cabañas lo curaron los médicos con un aparato avanzadísimo, pero le atribuyeron la solución a una virgen.

La UNAM quiere que la sociedad tenga una cultura compatible con la ciencia: se publican libros para explicar por qué es de día, de noche, por qué llueve, sobre el clima, el sol, qué sé yo. Pero el día que vino Juan Pablo II en su penúltima visita al país era un día precioso, radiante de sol, y todas las emisoras de televisión dijeron que se fijaran hasta qué punto la virgen de Guadalupe amaba al papa que hizo despejar las nubes para recibirlo, y eso lo vieron millones de chicos que pasan a ser subdesarrollados, atrasados. Eso es cognicidio; es matar el conocimiento que la gente de la UNAM está tratando de fomentar. Nosotros nos mantenemos en el tercer mundo que no tiene ciencia y padece varios dramas.

El primer drama es no tener ciencia en el siglo XXI donde ya no queda prácticamente nada que se pueda hacer sin ciencia y tecnología. Las laptops, el aire acondicionado, las cámaras fotográficas... la salud pública, el transporte, la comunicación, hasta la diversión: todo depende directa o indirectamente de la ciencia.

El segundo es que con el analfabetismo científico —que significa no poder interpretar la realidad sin recurrir a milagros, revelaciones, dogmas ni al principio de autoridad— el afectado es el primero en reconocer su tragedia: las poblaciones que padecen inundaciones cada temporal, carestía de comida, medicamentos o agua, pero como le falta el conocimiento sobre ciencia no puede entenderlo, así se lo expliques. Y no solo le pasa al campesino que vive en la sierra, le pasa al Estado.

Yo soy asesor del Consejo Consultivo de Ciencia desde hace 17 años, ya van tres presidentes de la República en ese periodo y en su perra vida me preguntaron nada. Pero son muy buenos tipos, nos dicen “ahora tenemos muchos problemas urgentes pero en cuanto los resolvamos vamos a apoyar a la ciencia”. Eso ya los define como una bestia porque es como si yo te dijera, mira: “Ahora tengo que resolver todas estas ecuaciones diferenciales pero si bien las resuelva, te juro que voy a estudiar a ver qué es eso de las matemáticas”, y me vas a decir: “o usted aprende matemáticas o en su perra vida va a poder resolver una ecuación diferencial”.

En México todos los problemas son económicos, todavía está a la antigua cuando la variable principal de la realidad era la economía. Parece que el marxismo nos convenció demasiado pero yo te puedo decir que si en el caso de Salvador Cabañas hubiera venido Slim a taparlo con una carretilla de dólares, se hubiera muerto, porque la variable es el conocimiento en el mundo moderno, no la economía. Somos pobres porque no hay conocimiento.

El papa Pío IX en 1864 promulgó la encíclica Quanta cura en la que condenó a la ciencia y sus derivados. Me gustaría que a ese papa, si le hicieran un cateterismo, él mismo dijera que no porque deriva de la ciencia, o que si tomara un vuelo al Vaticano se le negara y se tuviera que ir nadando porque es otro producto de la ciencia. Como es un dogma, en la religión no se pueden corregir sus errores.

El analfabetismo científico trae dramas terribles. Uno de los máximos desastres que le pueden pasar a una especie biológica, el ser humano entre ellas, es que fueron seleccionados para actuar en una realidad y que la realidad cambie. Supongamos que a un pescado de una laguna de agua dulce de repente se saliniza, se muere. O un vegetal que requiere cierta cantidad de agua, lo mismo. O imagínate una guacamaya seleccionada para vivir en el trópico pero si la llevo al polo, se muere.

Hay una polilla gitana que devasta los árboles frutales; un tiempo se le suministró DDT pero no la mataron al cien por ciento, quedó un diez por ciento resistente; el año que vino todas eran descendientes de las sobrevivientes; en aquella ocasión se usó más DDT; murieron algunas pero también se seleccionó a especies más resistentes. Llegó un momento en que se tenía que ponerle más DDT y a las ya polillas no les pasaba nada pero sí a los humanos: si ingerían esa fruta se intoxicarían.

Ahí entra la ciencia: investigadores hallan que la polilla macho detecta a una hembra hasta a cuatro kilómetros de distancia por las feromonas que emite ésta. Obtienen la fórmula química de las feromonas, lo rocían con una avioneta sobre los sembradíos y acaban con el problema. Se produjo lo que se llama castración informática. No castraron a las polillas sacándoles sus órganos genitales sino que las desorientaron. La esencia de esto es que se detectó en qué realidad se reproducían, se cambió esa realidad y ya no la pudieron interpretar.

Si un campesino mexicano pierde su trabajo en Yucatán, allá vivía del yute pero llegó otra empresa que fabrica nylon, tiene que migrar y consigue otro donde se hacen cámaras fotográficas de 10 megapixeles. La ciencia y la tecnología le cambiaron la realidad, su situación es igual a la de la polilla. Está a años luz del conocimiento que se necesita para habitar esta realidad con cosas que produjo el primer mundo. Eso es un drama.

México tiene que hacer ciencia y tecnología, no para aumentar su acervo cultural sino porque si no te mueres; o es al revés que la polilla: el ser humano en situaciones adversas se reproduce más, y en consecuencia, cortan los bosquen, urbanizan zonas, y es un drama. Es un problema tan grande que no se puede ser democrático porque no existe esa capacidad para serlo. No hay un razonamiento porque la gente está desesperada.

¿Problemas como el cambio climático no nos obligará a decidir como humanidad con base en el conocimiento científico?

No se está haciendo. Nuestras universidades en última instancia están reguladas por los economistas, que están hundiendo el conocimiento nacional. Nosotros hacemos ciencia, ¿quién nos pone las normas en economía? Los administradores. Te mandan una tabla para obtener un donativo por tres años donde tienes que poner qué vas a estar haciendo trimestre por trimestre. La ciencia se maneja por novedades, yo puedo estar investigando X objeto y si mañana me despierto y veo que lo acaba de descubrir un japonés, ¿qué voy a hacer? No se puede ignorar. No es una fábrica de salchichas y decir que si hago 20 por día en tres meses voy a hacer X más. El conocimiento no es lineal ni continuo y esos métodos obligan a que el investigador mienta.

Imagínate que a Einstein, guardando toda proporción, ibas a presionarle en siete meses para que se le ocurriera la teoría de la relatividad y que llegara un administrador a preguntarle, ¿en qué porcentaje la tiene desarrollada?, ¿ocho por ciento?... ¡¿Qué día se le va a ocurrir?! Carajo, yo puedo decirle lo que voy a hacer pero no puedo prometerle que se me va a ocurrir nada, porque la ocurrencia no la manejo.

El tipo que pone las normas con las que uno va a investigar es suficientemente idiota porque está hundiendo el conocimiento mexicano. A ese tipo, yo, con toda la amabilidad y respeto lo colgaría de un árbol. Además, dicen idioteces terribles, dicen que hay que hacernos más competitivos: la ciencia no progresa por la competencia, si un organismo es competente no necesita competir; al contrario, lo que surge en ciencia es resultado de la cooperación. Están arruinando el esfuerzo mexicano por conocer.

Cuál es el papel que juega la divulgación de la ciencia en México?, ¿en qué ha fallado? y ¿cuáles son sus retos?

La divulgación de la ciencia que se hace en México es buenita pero extremadamente parcial, tan parcial que es mala. Por qué cuando vino el papa Juan Pablo II los divulgadores no hicieron pláticas para explicar por qué estaba escampado el día. No enseñan por qué no tenemos ciencia: no hablan de los administradores ni defienden el estado laico porque la religión es la estructura central de la cultura mexicana. No se divulga. Es como si yo escribo un libro sobre la tuberculosis pero no me permiten políticamente abordar al bacilo de Koch. Se llama disonancia cognitiva.

Los divulgadores para hacer la ciencia interesante nombran casos insólitos; por ejemplo, ¿sabías que si el hombre saltara como una pulga podría llegar a la punta de la Torre Latinoamericana? y ¿que hay agujeros negros tan poderosos que se comen toda una galaxia? Se acostumbró a la gente que los científicos somos gente que vivimos de coleccionar pendejadas. Un presidente puede llegar y decirnos: Oiga, yo en lugar de darle plata para que me enseñe cómo un agujero negro se come una galaxia, me gustaría que me diga cómo le hago para que los chicos de México coman una proteína, y tendría razón. Pero resulta que México no tiene líderes culturales competentes, son analfabetas científicos. Cuando vine a México fui a la mina El Edén en Zacatecas y se me erizaron los pelos porque entré y los hijos de los mineros heredaban la deuda de los padres. Si rompían una pala o un pico, ya estaban endeudados por el resto de su vida. No salían de esclavos. Una de las grandes reformas fue: uno no puede heredar las deudas de sus padres.

¿Cómo puedes permitir que a un niño de seis años lo pongas de rodillas a que se golpee el pecho porque un requetetataraarchi abuelo que se llamaba Adán y su señora que se llamaba Eva se comieron una manzana? Eso es anticlimático. Cómo vas a poner a rezar a un chico por un dios que es todo bondad y le dicen: pero este tipo se enojó porque le comieron una manzana, se agarró una bronca bárbara y la única manera como se le pasó fue decidiendo mandar a su bebé, que se llama Cristo para que ustedes mortales lo crucifiquen y ahora sí perdonarlos a todos. A mí me parece que ese es un dios hijo de puta.

Si la religión es el núcleo de la cultura mexicana es una perversidad. Yo no digo: hay que prohibirla porque así no funciona la ciencia, si yo digo que dos por dos es cuatro, la ciencia no sale a decir: “y está prohibido decir que es 13”. No, enseña a sumar bien a la gente y por sí solos se harán concientes. Que la gente crea lo que quiera pero enséñale a pensar. Eso no lo está haciendo la divulgación ni siquiera puede tocar el tema. Yo digo que se está haciendo una divulgación mala a pesar de que tenemos a gente de mucha calidad.

¿Quiénes deben de hacer divulgación de la ciencia?

Yo creo que deben divulgar los mismos que están haciéndolo ahora; también los científicos, los penalistas, los especialistas en derechos humanos. Supón que hay una epidemia, vos esperás a que los médicos salgan a decir qué está pasando. Resulta que los sacerdotes ponen a un niño de rodillas a rezar y los especialistas en derechos del niño no les dicen: “Usted no puede enseñar esas idioteces de adorar una deidad”. Son infanticidas porque el niño no filtra con la razón la información que le están dando. Están fabricando ciudadanos subdesarrollados y eso debería estar penado. Debería estar penado idiotizar al mexicano diciéndole “mire cómo la virgen hizo brillar el sol y despejar las nubes”.

La intoxicación cognitiva, que es la mentira, tiene vía libre, no lo controla nadie, ¿por qué la UNAM deja que se propalen indignidades? Yo critico fuertemente a los que hacen divulgación científica y a los especialistas en filosofía, psicología infantil porque no se atreven a decir: No le enseñen a los niños estupideces.

¿Qué lo llevo a dedicarse a la ciencia a pesar de tener todo en contra? Si vemos a esta actividad como una vocación incierta, donde los países tercermundistas investigan los rescoldos de la big science que generalmente se lleva a cabo en los países desarrollados.

Cuando yo tenía 17 años, me preguntaban cómo me iba a ganar la vida, ¿qué quería hacer? Yo vivía en un barrio de clase media baja en Argentina donde había médicos, abogados, dentistas, ingenieros; vos elegías entre eso. Yo elegí medicina y uno de mis profesores fue Bernardo Houssay, galardonado con el Premio Nobel de Medicina en 1947; y Luis Federico Leloir, Premio Nobel de Química en 1970, era mi amigo; entre ellos, malditos tipos, me torcieron la vida, porque si bien salí titulado como doctor en medicina yo ya era un científico. Si yo fuera un médico que palpa barrigas u opera oídos, viviría en la Argentina pero por ser científico hubo un golpe de estado nazi-católico y me tuve que exiliar. Primero fui profesor de una universidad en Nueva York pero me dijeron que México había encontrado mucho petróleo y estaba por “administrar la abundancia” y vine acá. Me apoyaron mucho. Mis trabajos se publican en las mejores revistas del mundo. Mi parte de investigador que es fisiología celular y molecular la hago; en mis horas libres o los fines de semana me dedico a escribir.

Cuando Francis Bacon dijo “knowledge is power”, dijeron pues si da tanto poder no lo divulguemos, vamos a mantenerlo entre nosotros. En el primer mundo están en contra de la globalización del conocimiento. La gente confunde información con conocimiento. Hay gente que quiere que se desarrolle la investigación porque lo que provee es información, no conocimiento. México está sujeto al primer mundo porque éste último quiere poseer el monopolio de la tecnología e innovación para vendérnoslo: los medicamentos, los coches, las cámaras, lo de ellos.

Luz Olivia Badillo

lunes, 15 de julio de 2013

Fahrenheit 451 de Ray Bradbury

"Dale a la gente concursos que pueda ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado o cuánto maíz produjo el estado Iowa el año pasado. Atibórralo de datos no combustibles, lánzales encima tantos "hechos" que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información, entonces tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como Filosofía o la Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino se encuentra la melancolía. Cualquier  hombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego, y, en la actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo, es más feliz que cualquier otro que trate de medir, calibrar y sopesar el Universo, que no puede ser medido ni sopesado sin que un hombre se sienta bestial y solitario".