martes, 26 de marzo de 2013

Cosechan agua de lluvia para familias sin acceso al líquido



Infografía: Natalia Rentería Nieto


  • En regiones como el Valle de México, la captación del agua de lluvia podría
  •  reducir las inundaciones y además haría posible el aprovechamiento del líquido

  • Surgen en la sociedad proyectos innovadores que hasta el momento han logrado instalar mil 151 sistemas con los que se han captado 54 millones de litros de agua


La captación de agua de lluvia puede ser una de las soluciones para enfrentar el reto que plantea la disponibilidad del líquido en diversas regiones del país. El doctor Luis Marín, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) ha señalado que: “Cada temporada se presentan lluvias relámpago que ocasionan inundaciones, mientras en lugares como Iztapalapa (en el Distrito Federal) hay casi dos millones de personas sin agua. Si logramos capturar el 50% del agua de lluvia, las probabilidades de inundación se reducen porque no se satura el drenaje y se puede aprovechar al hacerla potable”.

Antes de que creciera tanto la mancha urbana, una parte del agua se infiltraba al subsuelo, y otra se iba por la superficie buscando algún encause. Con la urbanización, el agua ya no se puede infiltrar. Toda el agua escurre de manera mucho más rápida a los lugares bajos y causa inundaciones al saturar los sistemas de drenaje.
“Tenemos que conocer, de acuerdo con el sitio donde se viva, cuál es la calidad del agua. En el norte de la ciudad de México cerca de la zona industrial, probablemente el aire se encuentre mucho más contaminado que en el sur, por lo que yo no recomendaría captar esa agua de lluvia, y sin tratamiento alguno usarla”, ha señalado el ex coordinador de la Red del Agua de la AMC.

Nacen proyectos innovadores

Enrique Lomnitz y David Vargas, quienes encabezan la asociación civil Isla Urbana, han puesto en marcha en la ciudad de México el sistema de cosecha de agua de lluvia. Una solución sustentable que podría garantizar el acceso de agua para uso cotidiano, como lavar ropa, trastes y limpieza en general e incluso bañarse.

“Algunos proyectos son cofinanciados con becas, aportaciones de instituciones y autoridades porque nuestra misión es masificar la captación de agua de lluvia. En Tlalpan hemos instalado más de mil sistemas. El costo por su instalación varía por delegación, por ejemplo, en Xochimilco, tiene un precio de 3 mil 500 pesos por casa, esto es el 25% del total”, comentó David Vargas.

En la ciudad de México más del 65% de las casas tienen los elementos esenciales para instalar el sistema de cosecha de agua de lluvia: una cisterna, una bomba y un tinaco. Por eso, esta asociación generalmente contribuye con el Tlaloque (una tecnología 100% mexicana y que consiste en separar los primeros 10 minutos del agua de lluvia, que es la más contaminada), un par de tubos y dos filtros; uno es sedimentador y el otro de carbón activado.

“Nuestra visión es replicar el modelo en diferentes delegaciones como Iztapalapa, y luego en otros estados con problemas de abasto de agua como Guadalajara. El requisito indispensable para implementar el sistema es una precipitación pluvial arriba de 500 mililitros al año. Con 30 metros cuadrados de techo se pueden obtener aproximadamente 30 mil litros de agua al año, que pueden rendir hasta seis meses”, explicó Vargas.

En el marco del Día Mundial del Agua, una de cada seis personas a nivel global no tienen acceso a ninguna fuente de agua limpia. Experimentos como la cosecha de agua de lluvia podrían representar una posible solución a largo plazo para abastecer las necesidades domésticas, industriales y de comercio en algunas regiones del país. Además de atenuar los problemas de inundaciones y la sobreexplotación de agua subterránea.

Luz Olivia Badillo

Fuente: http://www.comunicacion.amc.edu.mx/comunicados/cosechan-agua-de-lluvia-para-familias-sin-acceso-al-liquido/

domingo, 24 de marzo de 2013

Aumenta segregación socioespacial en ciudades de México y América Latina

•Cada vez más la población pobre vive en las periferias de las urbes con poco o nulo acceso a servicios básicos

•Expertos analizan características comunes de las ciudades de América Latina

El seminario “Segregación urbana y espacios de exclusión social”, realizado el 13 y 14 de marzo en el Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), reunió a expertos de diversas universidades del país para intercambiar experiencias en torno a los rasgos que caracterizan los patrones de segregación socioespacial en las ciudades, es decir, cómo se diferencian los grupos sociales en las urbes, y las peculiaridades y diferencias de dicho fenómeno en ciudades de nuestro país como Guadalajara, Ciudad Juárez, Cuernavaca y la ciudad de México, y otras en Latinoamérica.

“En nuestras ciudades, que se caracterizan por tener un modelo económico neoliberal –y varios estudios académicos de América Latina lo confirman–, ha aumentado la segregación residencial. Vemos cómo centros comerciales, grandes corporaciones y barrios cerrados exclusivos para gente rica han expulsado a grupos en condición de pobreza de las zonas céntricas a las periferias, lugares donde viven en la ilegalidad y con carencia absoluta de servicios”, comentó el doctor Adrián Guillermo Aguilar, uno de los coordinadores del Seminario y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

El doctor José Omar Moncada, director del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), también miembro de la AMC, reconoció la labor de los coordinadores del seminario por las 19 ponencias que reunieron el 13 y 14 de marzo a especialistas de universidades de diversos estados del país: la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, El Colegio Mexiquense, la Universidad de Guadalajara, la Universidad Autónoma de Quintana Roo, el Centro de Investigación y Estudios Avanzados Unidad Mérida y la Universidad Católica de Chile, entre otras.

Martha Schteingart, participante e investigadora de El Colegio de México, lleva 50 años estudiando la división social del espacio en la ciudad de México, donde el principal rasgo es que se han agregado a la mancha urbana municipios del estado de México e Hidalgo. Expuso que a diferencia de las ciudades de Estados Unidos donde las personas en condiciones de pobreza se concentran en el centro, en nuestro país ocurre todo lo contrario.

La investigadora distinguió dos tipos de segregación: la pasiva, que son los ciudadanos sin un suelo dónde puedan construir sus hogares, razón por la cual, se ven obligados a migrar a las periferias de las urbes. En este rubro ubicó a cerca del 23% de habitantes de la Zona Metropolitana del Valle de México. Y los grupos de segregación activa, personas de clase alta que eligen vivir en barrios cerrados y vigilados. Ubicó a medio millón de personas en dicha condición.

El doctor Adrián Guillermo Aguilar agregó que las decisiones de gobernanza deben tocar a diferentes niveles de gobierno en el caso de la zona metropolitana del Valle de México, una megaurbe; sin embargo, todavía tenemos una división muy marcada en la toma de decisiones entre estados y municipios, lo cual no debe de ocurrir porque los problemas no se detienen en los límites estatales.

“En este momento no se nota tanto la unión física entre una ciudad y otra, por ejemplo, entre Tizayuca y Atenco pero hay una unión funcional porque hay gente que trabaja en una ciudad pero vive en la otra. Hay muchos vínculos y lo tenemos que ver como un solo fenómeno con implicaciones regionales que rebasan los límites estatales o municipales: los planes y la toma de decisiones tienen que ser a ese nivel”, destacó.

Luz Olivia Badillo

jueves, 14 de marzo de 2013

Materiales para construcción no corresponden con el clima del país

  • El diseño bioclimático debería ser una materia obligatoria en la carrera de Arquitectura, destacó Guadalupe Huelsz, investigadora del Instituto de Energías Renovables de la UNAM
 “En México dos terceras partes de la superficie del país son cálidas y el uso de ciertos materiales y el diseño de las edificaciones no es acorde con esta realidad. Estamos lejos de tener espacios confortables, que no requieran sistemas de calefacción o enfriamiento que consuman grandes cantidades de energía”, dijo la doctora Guadalupe Huelsz, investigadora del Instituto de Energías Renovables de la UNAM e integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.

La doctora Guadalupe Huelz estudia los mecanismos para lograr la sustentabilidad de las viviendas mexicanas. 
Foto: Arturo Orta


El uso de la energía residencial, comercial y público representa el 18.6% por ciento del consumo final de energía en el país. La Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía ha hecho público que de esa cifra, el 44% se emplea en calefacción y aire acondicionado, 33% en iluminación y electrodomésticos; 14% en refrigeración y 9% en estufas y calentadores de agua. Sin embargo, no se tienen las especificaciones de uso por entidades, explicó la especialista en el marco del Programa Hacia dónde va la ciencia, organizado por la Academia Mexicana de Ciencias, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y el Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia.

“El diseño bioclimático es muy poco estudiado, casi no hay personas preparadas técnicamente en el país, por lo que debería de ser una materia obligatoria en la carrera de Arquitectura. Además, se deberían crear vínculos entre investigadores y profesores de arquitectura, y de ciencia e ingeniería que sean expertos en las áreas de transferencia de calor, dinámica de fluidos y de materiales”, comentó Huelsz.

La arquitectura bioclimática es el estudio del uso eficiente de la energía en las edificaciones, ya sea bajo un perfil comercial, residencial o de servicios. Tiene que ver con el diseño de estructuras que respondan a las necesidades de quienes las habitan y que sean acordes con el clima del lugar para un menor consumo de combustibles fósiles.

La Política Nacional de Vivienda del actual sexenio contempla, dentro de sus ejes estratégicos, llevar a la vivienda mexicana hacia un Modelo de Desarrollo Urbano Sustentable e Inteligente, por lo que el diseño bioclimático será clave para alcanzar dicho objetivo. El proyecto íntegro se publicará en 2014 y estará a cargo de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), dependencia creada el pasado 11 de febrero de 2013.

Luz Olivia Badillo

domingo, 10 de marzo de 2013

La mayor parte de la bioenergía se desperdicia en el país

•Tiene un potencial 10 veces mayor al uso que actualmente se le da, señala Omar Masera
•En México aproximadamente 70 millones de toneladas de residuos agrícolas o forestales terminan en barrancas

La bioenergía se obtiene a partir de derivados de materia orgánica como la caña de azúcar, la leña, el carbón, residuos de ganado, microorganismos fotosintéticos y desechos orgánicos, las fuentes de abasto son amplias, y entre la escasa utilización actual de energías renovables, abarcan el 77% del consumo final a nivel mundial. La ventaja de este tipo de energía es que puede producir calor, electricidad, combustibles líquidos (como etanol y biodisel), sólidos (como el carbón o la leña) o gaseosos, como el biogás.

El doctor Omar Masera Cerutti, quien dirige el Laboratorio de Bioenergía del Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la UNAM y es miembro de la Academia Mexicana de Ciencias, considera que esta energía tiene un potencial 10 veces mayor a su uso actual en el país, el cual ronda entre los 3 mil 569 petajoules, una medida de calor y energía que se utiliza para cuantificar grandes cantidades (miles de billones de joules).

“En México generamos 70 millones de toneladas de residuos agrícolas o forestales, la mayor parte es tirada en barrancas o, en el mejor de los casos, en rellenos sanitarios; son un problema sanitario, pero bien podrían ser aprovechados y contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero”, comentó el doctor Masera.

El científico estudia el desarrollo de la tecnología sostenible para comunidades rurales de escasos recursos económicos; por ejemplo, el uso de la leña, uno de los recursos renovables más usados en el país: 25 millones de mexicanos aún cocinan sus alimentos en fogones. Ello le ha generado una agenda de investigación de largo plazo que le ha permitido desarrollar estufas eficientes de materiales diversos como barro, cemento y ladrillo.

Hay una revolución tecnológica en el desarrollo de estas estufas; por un lado, se cuecen alimentos de manera eficiente al distribuir el calor para que varias ollas se calienten al mismo tiempo y; por otro, se genera electricidad que permite recargar lámparas LED y celulares, una solución ideal para pueblos que carecen de servicios básicos.

Al respecto, Masera Cerutti, quien forma parte del grupo de investigadores del Panel Intergubernamental de Cambio Climático que en 2007 fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz, comenta: “Deberíamos de tener una política que priorizara el acceso de los servicios energéticos de los habitantes, empezando por los más pobres, pues algunos ni siquiera tienen resueltas necesidades básicas como iluminación, cocción o refrigeración de sus alimentos”, cuando sí existen las soluciones, muchas de estas pueden venir de las mismas comunidades.

Luz Olivia Badillo

Fuente: http://www.comunicacion.amc.edu.mx/comunicados/la-mayor-parte-de-la-bioenergia-se-desperdicia-en-el-pais/

Foto: Arturo Orta

miércoles, 6 de marzo de 2013

¿En qué cajas perceptuales estamos atrapados?

Extracto del discurso que dio Pepe Gordon hace poco en un evento público. Él nos confirma que estamos hechos de historias y la vida y la ciencia, pésele a quien le pese, sabe más rica si le metemos drama.

”Los pequeños cambios pueden tener efectos muy profundos; simplemente podríamos recordar el famoso efecto mariposa que nos dice que un pequeño aleteo puede desencadenar una tormenta, es un modelo meteorológico que planteado por Edward Lorenz hace algunos años. Esto se puede traducir en términos poéticos planteando que nadie puede cortar una flor sin perturbar a una estrella.

Una historia que tiene el sabor de un relato literario pero que pertenece al terreno de la investigación científica, es un experimento relacionado con el trabajo de David Hubel y Torsten Wiesel quienes fueron ganadores del premio Nobel en 1981. Ellos colocaron a dos grupos de gatos recién nacidos en entornos cuidadosamente controlados (los gatos nacen con los ojos cerrados y los nervios ópticos aún no están desarrollados): Un grupo de gatos estuvieron cierto periodo de tiempo en una caja con paredes dibujadas en líneas horizontales de color negro; y otro, en un caja con líneas verticales negras.

Los resultados fueron muy interesantes -parafraseando al poeta Antonio Machado: se hace mirada al mirar- porque los gatos que nunca estuvieron expuestos a las líneas verticales moldearon sus conexiones neuronales de tal suerte que se tropezaban con las sillas: ya no podían ver lo vertical y para el otro grupo, no existían las líneas horizontales. Esta investigación me confronta con dos preguntas: ¿en qué cajas perceptuales estamos atrapados?, ¿cómo salir de las cajas y problemas donde nos encierra nuestra educación, nuestra sociedad, nuestra cultura?

Me parece que detrás de las múltiples crisis que vivimos hay una crisis esencial: vivimos una crisis de imaginación. Estamos ante un confinamiento mental en donde prácticamente no podemos ver más allá de las líneas que estamos acostumbrados a ver. Sin embargo, sabemos que el arte y la ciencia nos permiten saltar los límites del pensamiento.

Ante el agujero que pareciera no tener solución, que es el del calentamiento global, el Premio Nobel Mario Molina una ocasión me planteó que el costo económico para limitar las emisiones de los gases de efecto invernadero y componentes relacionados con este problema, sorprendentemente, es relativamente barato.

Hay estudios económicos que coinciden en que el costo para enfrentar el cambio climático es de alrededor del 2 por ciento de la productividad global. Mario Molina me decía que se trata de una cantidad de dinero enorme pero es bastante menor que la cantidad de recursos que cuestan los huracanes y sequías por no hacerle caso al problema. Ante un reto que parece no tener solución, la ciencia se toma el tiempo para dimensionar los problemas. Esto no es una garantía de que como sociedad vamos a saber tomar la salida, pero por lo menos ahí está la posibilidad.

En México, como nunca, necesitamos impulsar la imaginación y genialidad que está en nuestros cerebros, en nuestras cien mil millones de neuronas para impulsar la educación del siglo XXI con las herramientas que tenemos para pensar las cosas de una manera completamente fresca y original, para impulsar la ciencia y la innovación.

Estoy convencido de que los científicos mexicanos pueden abrir boquetes en las cajas que nos limitan para ponernos al día en la sociedad del conocimiento del que todos somos conscientes para crear grupos estratégicos de pensamiento, think tanks que pueda impulsar el crecimiento y detonar de manera estratégica el desarrollo en nuestro país e ir de la mano con las industrias, con la sociedad en su conjunto para combatir la pobreza y la desigualdad".



Energías alternativas pueden cubrir necesidades energéticas del país

• Participantes de la mesa redonda “La investigación en energía para el futuro de México: Energías Renovables” proponen una mayor participación de energías de bajo impacto al medio ambiente para satisfacer las necesidades energéticas del país en los próximos años

• Los expertos coinciden en que fuentes de energía como la geotermia, la bioenergía o la solar tienen un enorme potencial de desarrollo en el país. Estas propuestas busca sumarse a la Estrategia Nacional de Energía 2013-2027 que envió el jefe del Ejecutivo Federal, Enrique Peña Nieto, a la Cámara de Senadores



El crecimiento económico de México está ligado a la capacidad de satisfacer las necesidades energéticas del país, que son básicamente trasporte, industria, uso residencial y agropecuario, coincidieron expertos en la mesa redonda que organiza el programa Hacia dónde va la ciencia, a cargo de la Academia Mexicana de Ciencias, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y el Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia, que busca contribuir a la planeación de las actividades de investigación en ciencia básica, ciencia aplicada, desarrollo tecnológico e innovación que se lleven a cabo a nivel nacional, estatal y regional.

En esta ocasión se abordó el tema del uso de las energías renovables y su potencial en el país, el doctor Edgar Santoyo del Instituto de Energías Renovables (IER) de la UNAM y especialista en el desarrollo de energía geotérmica (que tiene que ver con el aprovechamiento de la energía que emite la Tierra, en especial la roca seca caliente), comentó que México se encuentra en el cuarto lugar a nivel mundial en su uso y todavía se puede incrementar, con la ventaja de ser sistemas que operan practicamente los 365 días del año.

Por su parte, el doctor Aarón Sánchez, investigador del IER, habló de la energía que se puede obtener del Sol, una fuente inagotable, limpia y gratuita, que puede ser usada en regiones apartadas del país y carentes de acceso a otras fuentes de energía. México se sitúa en un lugar privilegiado en este rubro pues tres cuartas partes del territorio nacional son zonas con una insolación media de 5 kilovatios por hora, por metro cuadrado, por lo que su mercado puede ser gigantesco. España y Alemania son potencias en el desarrollo de esta energía, pues a diferencia de nuestro país, no cuentan con petróleo para satisfacer sus necesidades energéticas, dijo.

En México, el uso eficiente de la energía en edificaciones es un área poco desarrollada, de acuerdo con Guadalupe Huelsz, quien señaló que el diseño bioclimático debería ser una materia obligatoria en la carrera de arquitectura, pues carecemos de los recursos humanos y de conocimientos para aplicarlo en las construcciones, aun cuando hay áreas de oportunidad en la materia como la creación de materiales envolventes, acabados para techos y muros con nuevos materiales.

Omar Masera, del Centro de Investigaciones en Ecosistemas de la UNAM y miembro del equipo del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, que fue galardonado con el premio Nobel de la Paz en 2007, abordó el tema del uso de la bioenergía producida a partir de materia orgánica, como el cultivo de la caña de azúcar, el metano producido por fermentación de residuos orgánicos o la quema de leña.

En México, 25 millones de personas cocinan en fogones de leña, una fuente de energía muy útil y compatible con el ciclo del carbón; según reportó Masera, quien habló además del proyecto Patsari que se ha aplicado en diversas regiones del país y consiste en estufas de leña eficientes para su uso en entornos rurales, se han desarrollado 300 mil estufas y la meta es llegar a 600 mil en todo el país.

El ingeniero Marco Borja del Instituto de Investigaciones Eléctricas comentó que actualmente se usan 1 370 megawatts provenientes de la energía que se obtiene del viento en el Istmo de Tehuantepec con 800 aerogeneradores. Esa tecnología no ha tenido el mismo desempeño por ser equipos desarrollados para otras latitudes.

De 2007 a 2013, México pasó al lugar 24 a nivel mundial en el uso de esta tecnología cuyo reto más importante es alcanzar el equilibro competitivo que consiste en balancear los aspectos de confiabilidad, riesgos, deficiencias, vida útil, eficiencia, certidumbre y limitaciones. Propone que se coordine y cree sinergia entre centros públicos de investigación, empresas públicas y privadas para darle continuidad a su desarrollo.

El uso de fuentes de energía alternativas es mínimo frente al papel que juegan los hidrocarburos derivados del petróleo, por lo que el reto será diversificar e identificar en cuál región del país es óptimo el uso de cada una de éstas, coincidieron los investigadores durante la mesa redonda, que fue moderada por Julia Tagüeña, directora del IER.

El proyecto Hacia dónde va la ciencia busca influir en la agenda de políticas públicas del gobierno federal. Las energías renovables forman parte de 10 temas identificados y considerados prioritarios desde las perspectivas académica, sectorial y tecnológica, que se discutirán periódicamente en mesas redondas conformadas por expertos en la materia. Los resultados de estas discusiones se enviarán al jefe del Poder Ejecutivo y a su gabinete.

Luz Olivia Badillo

Fuente: http://www.comunicacion.amc.edu.mx/comunicados/energias-alternativas-pueden-cubrir-necesidades-energeticas-del-pais/