- Los países que hacen ciencia y tecnología están por encima de México en lo industrial y en lo científico por su habilidad en el saber hacer”: José de la Herrán
- Lamenta el descenso del liderazgo de México en las últimas décadas en materia de ciencia y tecnología
martes, 1 de octubre de 2013
Por una sociedad que sepa hacer
lunes, 30 de septiembre de 2013
¿Y si no existe la energía ni la materia oscura?
- Por lo menos en los últimos 30 años se ha creído que el 96% de los componentes del universo son materia y energía oscuras; no obstante, no se ha comprobado su existencia
- Investigadores del Instituto de Astronomía proponen la Teoría de Gravitación Extendida como alternativa
Sergio Mendoza, especialista en astrofísica relativista, gravitación y corresponsable de esta teoría, dijo: “Qué tal que no exista ningún fluido oculto u oscuro y se proponga en su lugar la Teoría de Gravitación Extendida compatible con los postulados de Newton y de Einstein, pero que los extiende con nuevas observaciones para predecir el movimiento de objetos masivos como los cúmulos de galaxias, estrellas binarias, galaxias espirales, galaxias enanas y esferoidales”.
Xavier Hernández, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y experto en formación y evolución de galaxias, explica que la propuesta teórica que hacen establece que “La gravedad es un poco más fuerte de lo que Newton pensaba a distancias muy grandes, él calculó que la gravedad tiene un efecto menor conforme se aleja de la masa que la provoca. Este modelo sin modificaciones se aplica de la Tierra a Plutón, pero a una distancia mayor a 7 mil unidades astronómicas -una unidad astronómica (UA) equivale a la distancia que hay entre el Sol y nuestro planeta-, la gravedad deja de caer tan rápido como él calculó para caer un poco más lento”.
Las estrellas binarias
Hernández abundó respecto a los nuevos elementos que identificaron para la elaboración de su teoría: Se buscaron –dijo- sistemas de aceleraciones bajas donde hay irregularidades como en las estrellas binarias (dos estrellas que orbitan mutuamente a 7 mil UA de distancia). Como se mueve muy lento una con respecto de la otra tomaría miles de años trazar su órbita por lo que se midieron sus movimientos relativos. Había una predicción respecto a cómo se debían mover y resulta que se mueven mucho más rápido, cuando pasa el umbral de aceleración crítica de 7 mil UA, es cuando falla la predicción estándar.
No es la primera vez que se proponen modelos alternos a la existencia de la energía y materia oscuras cuya función ha sido explicar la incompatibilidad entre las predicciones de Newton y Einstein en aspectos como que los discos de las galaxias giran más rápido de lo calculado con las leyes de Newton, cuando el grado de desviación de la luz es mayor al predicho por Einstein y los modelos de formación de estructura galáctica no coinciden con las observaciones: La energía y materia oscuras son usadas para llenar esos huecos.
La deflexión de la luz
A parir de su nuevo enfoque, los científicos mexicanos calcularon por primera vez, con gran precisión, cómo es que objetos masivos como los cúmulos de galaxias desvían la luz, compuesta por partículas que carecen de masa, y cómo ésta aparece proyectada en el cielo pero en una posición diferente -proceso conocido como deflexión de la luz, lo cual se interpreta, de acuerdo con el doctor Mendoza, como resultado de la curvatura del espacio-tiempo. El resultado de esta medición se publicó en la revista arbitrada Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
El doctor Hernández agrega que “todas las propuestas alternas podían explicar la manera en cómo se mueven las estrellas en las galaxias sin la materia oscura, pero no la manera en que se curva la luz cuando pasa cerca de galaxias, que ocurre cuando tienes frente a ti como observador una galaxia o un cúmulo de galaxias y atrás hay una fuente de luz, ésta no va en línea recta sino que modifica su trayectoria, por el cúmulo de galaxias, y hace que se curve. Este efecto se llama lente gravitacional o anillo de Einstein”.
Los científicos del Instituto de Astronomía retomaron las observaciones que se reportan en el catálogo SLoWPoKES (acrónimo en inglés para Safe LoW-POwer Kritical Experiment) que contiene un muestreo del cielo con datos del telescopio Sloan. Los análisis y mediciones se hacen desde un punto de vista teórico. Este año se lanzará la sonda Gaia que obtendrá un catálogo de aproximadamente mil millones de estrellas, cuásares, galaxias y planetas extrasolares. Hará un mapeo tridimensional y proporcionará datos relativos a la distancia, movimiento y posición anual de éstos.
El doctor Xavier Hernández comenta que con Gaia “dentro de dos o tres años podremos obtener mediciones mucho más precisas que van a poder confirmar si lo que estamos haciendo está bien o no”. Por lo pronto, la propuesta que elaboraron Hernández, Mendoza y sus colaboradores ha sido bien recibida por los investigadores que hacen observaciones directas y los científicos que hacen gravedad modificada; quienes no están interesados en el tema o no quieren saber nada del tema, de acuerdo con Hernández, son los que hacen modelos teóricos de materia y energía oscura.
La materia oscura, hipotéticamente, está conformada por partículas que no se pueden ver y que pueden atravesar edificios, seres humanos o planetas; puede influir en los efectos gravitacionales del universo, por ejemplo, en cómo se forman las galaxias y qué tan rápido giran; no interactúa con la luz ni la absorbe, de ahí que no aparezca en el espectro electromagnético. La energía oscura es, hipotéticamente, la responsable de añadir más espacio entre galaxias en el universo que se encuentra en expansión.
En todo el mundo se han destinado recursos económicos para modelar la hipotética existencia de estas partículas exóticas; el doctor Hernández comenta: “hay una cantidad de experimentos y proyectos asociados a detectar a la materia y la energía oscuras en los que se gastan millones de dólares. Hay equipos de trabajo que llevan años y años anunciando que ya pronto aparecerán… y no aparecen, entonces se la pasan modelando el éter”. El éter, una idea que data de la filosofía aristotélica para referirse a una sustancia brillante y ligera que respiraban los dioses.
Luz Olivia Badillo
La nota se publicó en:
http://www.comunicacion.amc.edu.mx/comunicados/plantean-inexistencia-de-materia-y-energia-oscuras/
martes, 17 de septiembre de 2013
Sin políticas que protejan conocimientos tradicionales
En México no existe ningún mecanismo legal que promueva la conservación de los conocimientos tradicionales; señaló el doctor León Olivé, investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM; en contraste, en Europa “se toma en cuenta el conocimiento tradicional y local en cuestiones agrícolas, producción de vinos y quesos. Para un país como el nuestro con una enorme riqueza de conocimientos que han probado ser efectivos tenemos que tomarlos en cuenta para construir un modelo de sociedad de conocimientos”.
El doctor León Olivé es miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) y director del Seminario de Investigación sobre Sociedad del Conocimiento y Diversidad Cultural de la UNAM, espacio que busca propiciar investigación inter y multidisciplinaria que rescate y promueva políticas públicas para proteger, conservar y fomentar la enorme riqueza de conocimientos tradicionales que hay en México.
Aunque desde 1992, con las conmemoraciones de la Conquista, muchos países de América Latina modificaron sus constituciones políticas, incluyendo el nuestro, y se plasmó que somos un país multicultural; no hay otras legislaciones ni reglamentaciones adecuadas para llevarlo a la práctica ni políticas públicas que sean coherentes.
“Necesitamos políticas públicas que fomenten el desarrollo local, que fomenten la articulación de conocimiento científico con conocimientos tradicionales es sistemas locales de innovación. Esto puede ocurrir en casos de explotación forestal, agricultura, pesca, restauración de ecosistemas donde se tome en cuenta a la gente que vive en ese lugar”, destacó.
Los conocimientos tradicionales y locales, agregó el doctor Olivé “han probado ser efectivos desde hace siglos. Hay una diversidad de formas de generar conocimientos y por lo tanto una diversidad de formas en las éstos que deberían ser evaluados. En filosofía lo llamamos pluralismo epistemológico, quiere decir que se reconoce que hay distintas formas de producir conocimiento: la realidad y el mundo pueden ser conocidos de distintas maneras y todas son legítimas”.
El portal www.compartiendosaberes.org reúne un acervo de conocimientos tradicionales documentados a través de los grupos de trabajo que se han formado en el seminario. Se analizan, por ejemplo, las características del conocimiento, las prácticas y las tecnologías pesqueras y acuícolas de la presa El Tejocotal en Hidalgo o cómo proteger y cultivar la medicina tradicional mexicana, donde se toman en cuenta los recursos terapéuticos y alimenticios de esas plantas.
De acuerdo con el investigador: “Hay farmacéuticas transnacionales que saben del conocimiento tradicional en cuanto a plantas medicinales que se ahorran millones de dólares en investigación simplemente por ir a comunidades a preguntar a curanderos qué tipo de hierbas utilizan para tal o cual padecimiento; con eso se focaliza en dónde se pueden encontrar determinados recursos que posteriormente son explotados comercialmente sin retribuir de ninguna manera a las comunidades poseedoras de dicho saber”.
En otros países se han podido revertir patentes a empresas porque se ha demostrado que estaban basadas en conocimiento tradicional, pese a que una de las condiciones para que se otorgue una patente es que sea resultado de una investigación original y novedosa. Recientemente, países como India, China o Perú han puesto en marcha bases de datos que recogen conocimientos tradicionales que permiten hacer búsquedas para casos en los que se pretende hacer una apropiación indebida.
En el país se han dado los primeros pasos al trabajar de la mano con las comunidades; sin embargo, es necesario, entre otros factores, “mejorar el sistema de educación desde el nivel básico hasta el universitario para que se incluyera una conciencia de que somos un país multicultural que produjera un cambio de actitud en los ciudadanos de respeto la diversidad cultural y un reconocimiento a que ese conocimiento puede generar una riqueza económica y social”, destacó.
Luz Olivia Badillo
miércoles, 11 de septiembre de 2013
Las muertas de Jorge Ibargüengoitia
Vivir en la clandestinidad puede ser el ingrediente ideal para cometer las peores atrocidades, Serafina y Arcángela Baladro (el nombre literario de las tratantes de blancas, quizá las más famosas en la historia del México contemporáneo) tenían secuestradas a prostitutas que poco a poco fueron muriendo, un poco por ignorancia, un poco por ingenuidad, un mucho por corrupción.
Los antros de las Baladro eran el sitio favorito de las autoridades, del secretario de gobernación para abajo, de ahí que durante varios años gozaran de absoluta inmunidad; además de que, como ocurre en la mayoría de los negocios prohibidos, las casas de citas constituían una importante fuente de trabajo para mucha gente (a demás de que no pagaban impuestos, por lo que era un jugosísimo negocio): las Baladro sobornaban a policías, burócratas, taxistas... toda una red. La historia se ubica en el estado del Plan de Abajo, el nombre literario que Ibargüingoitia le da a su natal Guanajuato.
El primer capítulo es punto neurálgico para comprender el resto de la novela: ¿por qué se descubrieron los cuerpos enterrados dentro de uno de los dos antros que regenteaban las hermanas cuando pudieron pasar al olvido por los siglos de los siglos? Por un arranque de venganza. Serafina Baladro intentó asesinar al panadero Simón Corona, su amante otrora.
Un día ella cree ver a Simón Corona entre personas que pasaban caminando. Le vienen a la mente todos los recuerdos de su antigua relación y, sobre todo, del agravio de haberle dejado parada en una esquina esperando a que él saliera de una tienda de abarrotes. Serafina decide que es tiempo de ir a cobrarle cuentas a donde quiera que se encuentre. Una vez que ha identificado el lugar donde vive, viaja en coche junto con Bedoya y su chofer a balacear e incendiar al susodicho en su panadería. Todo salió mal, él sobrevivió (error garrafal) pues, entre otras cosas, tenía pésima puntería y sólo se llevó unos cuantos rasguños. Ergo, él rinde declaración en el MP y confieza que en una ocasión sirvió como chofer para enterrar el cuerpo de una meretriz, un mal menor para todos los horrores que se relatan posteriormente. En el resto de los capítulos, las Baladro se encuentran en la cárcel y la historia se va construyendo con testimonios de victimarios y víctimas.
Las muertas no es la única novela donde Jorge se inspira en la realidad para tratar de crear escenas literarias, en ese género se encuentran Maten al león, libro que retrata una dictadura que bien podría escenificar el intento de un golpe de estado de cualquier país latinoamericano en los 70, Los relámpagos de agosto y Los pasos de López. Estas historias tienen toques históricos con el estilo antisolemne e irónico que tanto me gusta de Ibargüengoitia. Si no le han leído no saben de lo que se pierden, aunque para mí la obra más elevada del guanajuatense son sus columnas publicadas en el Excélsior de Julio Scherer y compiladas en diversos libros. Pero esa es otra historia que espero abordar pronto.
miércoles, 17 de julio de 2013
Marcelino Cereijido, un tipo políticamente incorrecto
lunes, 15 de julio de 2013
Fahrenheit 451 de Ray Bradbury
"Dale a la gente concursos que pueda ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado o cuánto maíz produjo el estado Iowa el año pasado. Atibórralo de datos no combustibles, lánzales encima tantos "hechos" que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información, entonces tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como Filosofía o la Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino se encuentra la melancolía. Cualquier hombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego, y, en la actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo, es más feliz que cualquier otro que trate de medir, calibrar y sopesar el Universo, que no puede ser medido ni sopesado sin que un hombre se sienta bestial y solitario".
lunes, 13 de mayo de 2013
Primera persona: Eufrosina Cruz
Mi infancia, al vivir en una comunidad, fue complicada porque no creces jugando con muñecas. Creces aprendiendo a hacer las tortillas. Te educan para casarte, para ser entregada a un hombre y te conviertas en madre de familia como mi mamá. Es un círculo vicioso. Tampoco responsabilizo a mi entorno, ni a mi comunidad, y mucho menos a mi padre, porque nadie le enseñó que la infancia de sus hijas tedría que ser diferente. En la visión de mi padre, de su mundo que es el pueblo de Quiegolani, él pensaba que el destino de su hija era ser mujer a los 11 años. Es difícil ser niña en una comunidad porque no tienes otra opción más que hacer las tortillas, ir al rancho e ir a traer la leña.
La educación que recibí en primaria influyó en quien soy ahora. Siempre he dicho que para cambiar el rostro de México y para que México de verdad (y Oaxaca) salgan del rezago, es preciso apostar por la educación. Hablo de una educación de calidad. Una educación donde se cuente con salones bonitos, butacas limpias, un lugar donde haya lo mínimo. Nosotros, los que venimos de la montaña, no exigimos más, sino lo mínimo, lo que merecemos.
En ese sentido, creo que ser profesor es un asunto de convicción, porque el profesor transforma la vida de los niños que el día de mañana serán actores en el desarrollo de sus comunidades. Si no les fomentan a los pequeños ese empuje, esa valentía, es como dejar a una comunidad quieta. En mi vida tuve un maestro a los ocho años que fue fundamental en lo que soy ahora. Me enseñó a no tener miedo, me decía cómo era Tehuantepec, municipio de donde él era originario. Se llamaba Joaquín. Recuerdo cómo se apasionaba entregándolo todo, a pesar de que las aulas se estaban cayendo: el salón no tenía puertas, los pupitres de madera los hacían los papás, no teníamos mochilas, llevábamos los libros en bolsas. Ese maestro nos dio todo con tal de construir un Quiegolani mejor. Yo creo que ya es un triunfo que el mundo hoy sepa sobre Quiegolani, y esté en la mira de muchos gracias a ese maestro que no tuvo miedo de ir a la montaña. La educación cambia todo.
Ese maestro que tuve cuando estudie la primaria, aquella escuela donde el tejado y la madera se estaba desintegrando, me cambió y me transformó en lo que soy ahora, porque a pesar de que él se encontraba en el mismo Quiegolani donde yo vivía, no se dormía en el piso de tierra, en el petate; se dormía arriba, aunque sea sobre unas tablas, pero no en el suelo. Ese maestro llegaba con periódico. Hoy sé que son periódicos, en ese entonces los conocía de diferente forma, nos enseñó que existen “casotas grandes”, que había autos...
El profesor Joaquín me enseñó a soñar que afuera de esas montañas que encierran a Quiegolani había otro mundo que yo tenía el hambre de descubrir, y no quedarme ahí, donde mi mamá me despertaba a las tres de la mañana para hacer las tortillas, en donde mis padres no tuvieron la oportunidad de quitarse ese velo de la ignorancia que es igual a la pobreza y la marginación, porque no tuvieron la oportunidad de ir a la escuela, de aprender las letras. Siempre lo he dicho, el que hoy me encuentre defendiendo mis derechos, los derechos de los que me rodean, los derechos de las comunidades de mi Estado, se lo debo a la educación, a ese maestro que se arriesgó por mi con responsabilidad. Definitivamente la educación responsable, los maestros responsables, cambian la vida de los seres humanos.
Mi lengua materna es el zapoteco, y empecé a admirar a mi maestro precisamente porque hablaba diferente a mí. Él nos daba clases en español, le entendía yo toditito pero, ¿cómo caramba podía yo contestarle?, ¿cómo hilar ese enunciado?, ¿cómo responder a ese maestro? En zapoteco sí lo podía hacer, sí lograba razonar. El problema era, ¿cómo platicar?, ¿cómo dialogar con ese maestro en español? Porque al llegar a mi entorno, con mis papás me comunicaba en zapoteco igual con mis hermanos y la gente del pueblo. Yo creo que se tiene que construir una educación con la lengua materna de los niños y con el español, ambas lenguas tienen que ir de la mano porque sólo con la lengua materna, es un desafío aprender otra lengua ajena a aquélla con la que podemos comunicarnos con el resto de la comunidad.
Ese maestro me regaló un libro donde nos enseñaba a separar las sílabas, a armar palabras como “árbol” o “gato”. El libro que más recuerdo y el que más me impactó es el de la mujer con la bandera envuelta (La Patria del pintor Jorge González Camarena); para mí era como si fuera un ave libre. Es lo único que buscamos los seres humanos, ser libres. Con las historias de los cuentos, soñé que hay un más allá de Quiegolani. Yo creo que con los libros de texto gratuitos tenemos que impulsar a nuestros niños a soñar que hay un más allá de lo que ven, más allá de lo que encierran sus entornos, más allá de lo que se vive en su comunidad, para que aprendan a luchar por sus sueños. No importa cuántas veces caigan, el chiste es que sepan levantarse y llegar a donde inicia ese sueño.
Los libros de texto gratuitos me enseñaron a soñar. Todo lo soñé en zapoteco, porque los que hablamos una lengua materna indígena, reaccionamos primero con esa estructura y luego lo convertimos en español para transmitirlo. Aprendí a soñar en mi lengua materna, aunque todo lo escuchaba en español; como no le podía contestar a mi maestro, mi sueño se fue construyendo en zapoteco. Para mí, esos libros eran tan ilustrativos, con lecturas tan inspiradoras. El libro de texto gratuito sigue siendo muy importante como complemento de la formación de los niños. Por supuesto, me gustaría que volvieran a ser lo que antes, con sus cuentos tan ilustrativos, de eso que te contaban, de personajes como El Burro o El Niño. El libro de texto gratuito tiene que tocar el alma de los niños y los padres de familia, porque para que algo cambie tiene que llegar al corazón.
El libro de texto gratuito es parte medular para la educación de los niños, ha sido la parte fundamental para cambiar muchos entornos en maestros, niños y padres de familia, pero ojalá que los gobiernos en turno le den continuidad a las políticas educativas que sí tienen éxito, independientemente de la administración. Duele ver cuando quitan de circulación un texto que ha funcionado muy bien. Muchas veces esos cambios se hacen desde un escritorio. Los especialistas no van a las comunidades, no le preguntan a los profesores responsables si les sirven o no las modificaciones. Porque el libro de texto gratuito cambia entornos, es un complemento donde se convierte al niño en un luchador por su libertad, y por el desarrollo de su comunidad. El libro de texto gratuito no es un libro cualquiera, es un libro que cuando lo abres y está nuevo, lo hueles, lo tocas con ilusión, lo hojeas dos o tres veces el primer día con el olor que esconde todo un mundo por descubrir.
Soy diputada por el Partido Acción Nacional y presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados de Oaxaca. Por primera vez en la historia del estado, una mujer, y una mujer indígena dirige un Congreso. Me tocó romper muros y arrebatar los espacios que se nos deben a los indígenas porque no somos nada más la parte de la exhibición, la parte del folclore o la imagen de algún político para que haga campaña por nosotros. Los indígenas somos capaces de estar en pancarta pero como candidatos; somos capaces de tomar decisiones, de debatir, de cuestionar, de reflexionar. Y lo más importante, somos capaces de aportar ideas en el desarrollo de nuestras comunidades. Hoy que la vida me da la oportunidad de romper muros, es un triple esfuerzo porque tengo que probar que como mujer indígena soy capaz, y desde el Congreso vamos a presentar iniciativas para garantizar la no violación a los derechos humanos de mis hermanos indígenas. En esas rebeldías ando.
Luz Olivia Badillo